Si quieres saber cómo calmar la ansiedad, presta atención a esta historia.
Hace unos años, mis amigos y yo habíamos decidido ir a unas piscinas naturales que hay en los Pirineos.
Pero no escogimos bien el día.
Como estábamos en la montaña, pasa lo que pasa cuando estás en las alturas: que el tiempo cambia de repente.
Lo que era una mañana soleada se convirtió en una tarde con nubarrones.
No obstante, decidimos seguir adelante con nuestro plan de bañarnos en las piscinas naturales. Así que emprendimos el camino después de comer.
Mientras, el cielo iba preparando una buena tormenta de verano, de esas con rayos y truenos.
Yo le tengo mucho miedo a los truenos si estoy al aire libre porque una vez viví una gran tormenta en un barco.
Por eso, mientras mis amigos iban haciendo bromas sobre el mal tiempo, yo sufría.
Tenía taquicardia, me temblaban las piernas, sentía que algo peligroso podía suceder en cualquier momento.
No sabía cómo calmar la ansiedad, estaba en alerta. Y, como tal, mi sistema nervioso se preparaba para luchar o huir de aquella situación.
Pero no podía luchar contra los rayos que empezaron a caer en cuanto mi amigo Ibán puso en pie en las piscinas, ni podía huir a un lugar seguro porque el coche estaba a una hora de caminata por el campo abierto.
Así que mi ansiedad fue aumentando y aumentando y aumentando durante la larga hora de regreso al coche.
Cuando llegamos al parking, no pude relajarme. Aguanté con mi ansiedad sin contárselo a nadie.
Ese día quedó ahí, pero mi cuerpo había segregado tanto cortisol y adrenalina que, al día siguiente, mientras estaba en el trabajo, tuve uno de los ataques más fuertes de ansiedad que he tenido en mi vida.
Ojalá en ese momento hubiera sabido la clave para calmar la ansiedad porque me habría ahorrado el ataque de ansiedad.
Así que, para que no te pase lo mismo que a mí, te he preparado el vídeo de esta semana.
Si tienes ansiedad, presta atención a la propuesta que te haré la semana que viene por email. Si no recibes mis e-mails, aquí puedes suscribirte.