Durante mucho tiempo, me pregunté cómo ser más positiva.
Sin embargo, como no encontraba técnicas efectivas que me funcionaran, llegué a pensar que lo de ser positiva o no era algo con lo que nacías.
Pero, cuando empecé a conocer mi ciclo menstrual, me di cuenta de que había días en los que mi optimismo estaba por los aires; y otros, en cambio, me perseguía una nube de negatividad.
Por lo tanto, ser más positiva no era un rasgo que venía dado al nacer. Había “algo” que no veía en relación a este tema.
Poco después, inicié una etapa de profundo autoconocimiento, que me llevó a conectar con mis traumas y me convirtió en la persona que soy a día de hoy. No soy una persona súper positiva, pero sí más optimista que hace unos años.
Con el tiempo y mi trabajo como terapeuta esto es lo que he aprendido:
Las experiencias que viviste en tu infancia son muy importantes en relación a tu optimismo.
Si te tocó vivir experiencias traumáticas, es posible que veas la vida con un filtro más oscuro. Al fin y al cabo, si te tocó crecer en un ambiente negativo, es posible que tuvieras muchos pensamientos pesimistas.
Por suerte, ahora que eres adulta, puedes aprender a ser más positiva.
Por un lado, es fundamental que te dediques a sanar tus traumas, puesto que esto es lo que hará que ese cambio suceda en ti de manera natural.
Y, mientras tanto, aplica los 3 recursos que te comparto en este vídeo.
Ahora te toca a ti: ¿eres una persona optimista o pesimista? ¿Conoces alguna otra técnica para ser más positiva? Cuéntamela en los comentarios. Me encantará leerte 🙂
Por último, si eres una nueva lectora y quieres aprender un ejercicio para liberar tus emociones reprimidas, apúntate a mi newsletter.