“El placer sexual auténtico y la capacidad de experimentar orgasmos plenos son indicadores de una salud sexual y emocional equilibrada. La represión de la sexualidad y el rechazo del placer conducen a la insatisfacción y a la desintegración del individuo.”
Esta frase recoge una idea principal de las teorías de Wilhelm Reich.
Reich fue un discípulo de Freud que se distanció de algunas ideas del psicoanálisis para desarrollar sus propias teorías.
En concreto, le dio mucha importancia al cuerpo y a la sexualidad dentro de la terapia.
Gracias a él y a su discípulo Alexander Lowen, que también acabó distanciándose de su maestro, hoy estoy aquí escribiendo este artículo.
El objetivo principal de la terapia reichiana era expandir el placer y el Orgón liberando las tensiones físicas del cuerpo.
Para Reich, el Orgón era la energía vital.
Estaba presente en todo el universo y era imprescindible para que todos los organismos estuvieran vivos y emocionalmente sanos.
Tal como lo describió, se parece a las energías nombradas por las filosofías china e hindú: ki y prana respectivamente.
La palabra Orgón surge de la unión entre “organismo” y “orgasmo”. Y es que, para Reich, el orgasmo era la expresión máxima del placer.
Para alcanzarlo, era importante tener un cuerpo libre de tensiones físicas.
De esta manera, en el momento del clímax, la vitalidad puede expandirse por todo el cuerpo, en lugar de quedar aislada en el genital.
A estas ideas de Reich, yo le añado que el placer es el sentimiento que le aporta sentido a tu vida.
Yo no sé lo que pensarás tú, pero yo no nací para sufrir.
No sé si hay otras vidas o algo después de la muerte, así que intento disfrutar de lo que ahora sí tengo: esta vida en la tierra.
Como el disfrute es tan importante, he creado un vídeo en el que te doy más detalles sobre el sentimiento más olvidado y, a menudo, rechazado: el placer.
(Para ver el vídeo, debes estar conectada a una cuenta de Gmail y mirarlo en Youtube).
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