Si te cuesta conectar con la alegría, el vídeo de esta semana te interesa.
Hace años, cuando convivía con la ansiedad, un día, tuve una revelación.
Recuerdo que acababa de discutir con Miguel y ambos estábamos en el comedor de casa. Y no sé qué dijimos en esa conversación que hice ese click.
Hacía mucho tiempo que no sonreía.
Estaba tan metida en mi pozo de ansiedad, que todas las emociones agradables habían desaparecido también.
Pasaba de las lágrimas a la pesadumbre o a la angustia con tanta facilidad que no había espacio para nada más.
Así que ese día me propuse conectar con la alegría.
Ahora que en mi día a día hablo y leo sobre desarrollo personal, también he detectado que a muchas personas les cuesta sentirse alegres.
Son personas que se han metido tanto en su proceso de trauma que están todo el día sintiendo dolor.
Y, a ver, esto es importante. Para superar un trauma, necesitas revivir ese dolor emocional en un contexto seguro como una consulta de terapia.
Ahora bien, también es importante saber parar. Porque si estás todo el día con alta intensidad emocional, te acabas saturando.
Por este motivo, cuando hago una sesión de terapia especialmente difícil con alguien, le pido que se dedique un tiempo para darse mimos, para regalarse un momento de disfrute.
Por ejemplo, dar un paseo, tomar una ducha, beber una infusión… Pequeños placeres de la vida que nos hacen la jornada más alegre y placentera.
Porque todas las emociones son importantes. Hay que expresar la tristeza, la rabia o el miedo. Pero también hay que sentir la alegría, el placer o el amor.
Estas últimas están llenas de vitalidad.
Así que en el vídeo de esta semana he decidido explicarte los motivos por los cuales nos olvidamos de la alegría y te doy un par de técnicas para re-conectar con ella.
Si necesitas superar un trauma para recuperar tu alegría, escríbeme.