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El secreto para mejorar tus relaciones

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Hay una frase que he escuchado más de una vez, pero desconozco su procedencia:

Quien quiera conocerse a sí misma, que pase una semana con su familia.

Aunque no sé de dónde viene, me parece una frase muy acertada, ya que desmiente esa idea bucólica de que, para el autoconocimiento, necesitas encerrarte en un monasterio a meditar.

Esta experiencia puede ser muy útil. No obstante, en muchos casos no es factible. Además, para conocerte, es importante ver cómo respondes ante situaciones conflicitivas. Y, a menudo, tus seres queridos, por mucho que los quieras, te estresan un poco.

De hecho, la semana pasada te expliqué la peor situación que he vivido en mis relaciones. Sin embargo, también ha sido una de las situaciones que más me ha ayudado a evolucionar.

¿Por qué me permitió transformarme? Porque hice lo importante cuando algo no funciona.

Cuando ves que una y otra vez te encuentras con el mismo obstáculo, la única solución posible pasa por abrir tu punto de vista.

Si te ves en una situación sin salida, lo principal es examinar tu relación en términos realistas.

¿Qué significa esto?

Dejar de ver el reflejo. Es decir, dejar de leer al otro desde tu perspectiva y tratar de ver lo que realmente está sucediendo.

Por ejemplo, imagina que tu pareja, tu hijo o hermana llegan a casa huraños, con pocas ganas de hablar. Ese hecho puede hacer volar tu imaginación.

Quizá piensas que “ya no te quiere”, “que es un borde” o “que te oculta algo.”  [Inserta aquí cualquier idea que se te pase por la cabeza en esos momentos.]

Estos pensamientos provocarán que te pongas a la defensiva ante él o ella. Al ponerte a la defensiva, pondrás una barrera ante cualquier intento de comunicación. Y, si esa persona está huraña, se crea el clima perfecto para un enfrentamiento.

No obstante, si examinas la situación en términos realistas, solo sabes que está más callada, apagada o distante.

El resto lo has creado tú en tu cabeza. Por eso, al apartar tu lectura sobre sus actos, verías que quizá ha tenido un mal día o que está cansada.

Al evitar los pensamientos sobre la situación, abres tu óptica hacia lo que realmente está pasando.

Cuando ves las cuestiones desde ese panorama, se abren una multitud de posibilidades:

  • Puedes acercarte más a esa persona para comunicarte desde un lugar más compasivo.
  • No necesitarás que tú o los demás cambien. Podréis ser sinceros en todo momento.
  • Estarás dispuesta a entender su punto de vista, sin perderte a ti misma por el camino.
  • Puedes cambiar cómo te sientes tú cuando algo no es como a ti te gustaría.
  • Tienes la oportunidad de vivir en el presente, sin tener que controlar todo lo que ocurre a tu alrededor.

¿Se parece a lo que estás buscando? Entonces, tengo una buena noticia y otra mala. Empezaré por la mala.

La verdad de todo este cambio es que no puede hacerse de la noche a la mañana.

Necesitas dejar de interpretar el mundo de la forma en la que aprendiste mucho tiempo atrás. Cuando fuiste pequeña, ese tipo de pensamientos te permitieron adaptarte a situaciones angustiantes.

Pero ahora han caducado. El hecho de que estés pasando por dificultades en tus relaciones te lo está indicando.

Ahora tienes la oportunidad de cambiarlo pero, probablemente, necesitarás ayuda.

En mi caso, pasé una larga temporada yendo a terapia para entender el porqué de mi forma de actuar.

La buena noticia es que estoy aquí para ayudarte. He pasado por ello y sé lo mal que se pasa cuando no te llevas bien con tus seres queridos. He recorrido el camino y, por eso, conozco la ruta para que puedas:

  • Entender el origen de tus dificultades.
  • Comprender la realidad de lo que estás viviendo.
  • Encontrar una nueva forma para mostrarte tal como eres.

Hay una salida y puedo acompañarte.

Ahora, cuéntame. ¿Qué piensas cuando alguien no actúa como tú esperas? ¿Alguna vez has visto que tus pensamientos y la realidad eran diferentes? Entonces, ¿qué ha pasado? Te espero en los comentarios.

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Sobre
La Autora

Aceptar y entender tus emociones es aceptarte y entenderte a ti misma.

Valora si este también es tu camino con 1 ejercicio de terapia corporal para conectar con tus sentimientos.

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2 comentarios en «El secreto para mejorar tus relaciones»

  1. Gracias Nuria. Me siento muy identificada con lo que dices.
    Es un trabajo que exige mucha auto-observación para no vivir a las personas desde tu mirada de niña abandonada, pasiva y en una eterna espera de ser vista. Mi relación de pareja me lo está mostrando ahora claramente. 100 veces al día tengo pensamientos del tipo “está evitando la intimidad”, “no me ve”, “va a la suya”…por lo que genero mucha exigencia silenciosa y la energía cambia. Él por su parte, también se defiende y se distancia, porque también tiene su propio niño herido…en fín, los dos somos hiper susceptibles a la energía del otro.
    Es difícil encontrarse cuando estamos colocados en los niños, verdad?

    Me ha gustado eso que dices de ver la realidad. Yo lo llamo “mirar con curiosidad lo que hay”, que me coloca en un lugar mucho más adulto y empoderado. Con ganas de ver y ser, más que de demandar y exigir.
    Pero no siempre lo consigo…de hecho, se me cuelan las gafas de la niña a la velocidad del rayo y sin darme cuenta. 🙂

    Gracias por el recordatorio de que es un camino, que no se hace de un día para otro, porque a veces la autoexigencia también es terrible!

    He descubierto hace poco tu página y estoy disfrutando con las lecturas y el contenido.
    Un saludo!

    Responder
    • ¡Hola, Igone!

      Muchas gracias por comentar tu experiencia y bienvenida a la comunidad 🙂 Me hace muy feliz que estés aquí.
      Y me hace feliz porque, sin hablar yo de la criatura herida que somos, tú lo has mencionado. De esto es de lo que estoy hablando: de las heridas infantiles con las que cargamos que nos hacen interpretar la realidad de una determinada manera.
      No es un trabajo de la noche a la mañana, por supuesto. Sin embargo, considero que descubrir el tipo de herida que tenemos nos ayuda a tomar consciencia más fácilmente de esos pensamientos o defensas que generamos.
      De esto es de lo que voy a hablar en la clase online: de los 5 tipos de heridas infantiles que hay y cómo se crearon en nuestra infancia.
      Así que, por tu comentario, me atrevo a decirte que te interesará mucho lo que voy a explicar en ella. Me encantará que me cuentes lo que has aprendido cuando la veas.
      Te abrazo 🙂

      Responder

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